Tenlo claro...

La primera vez que traspasó aquella puerta, apenas alcanzaba el metro de estatura. Se quedó en el umbral, aspirando el aroma a magia que desprendía aquella casa. La estancia estaba en penumbra, iluminada únicamente con una luz anaranjada, sin fuente aparente, al menos el pequeño no sabía de donde venía.

Se atrevió a dar un paso, y otro, y otro, hasta que se encontró de frente con la dueña de la casa, la que lo había traído hasta allí. Estás entrando en el mundo de los sueños, el mundo de las artes, el mundo ficticio y real, donde todo se rompe y se regenera de nuevo. Donde todo es infinito. Ahora te lo creerás, pero cuando seas mayor, empezarás a ponerlo en duda.

Los adultos son todos unos ilusos, no saben que la literatura lleva a todas partes.

sábado, 19 de marzo de 2011

Los 10 días de felicidad.

Son imposibles.

Por múltiples razones. No es un sentimiento que me agrade, pero a él parece que... le gusta estar conmigo.

No me siento bien. Con nadie. No tengo ganas de querer a nadie, de sonreír de repente, y ser todo lo feliz que puedo serlo.

Me siento vacía por dentro, como si hubiera perdido la única cosa importante. A menudo se me ocurre pensar que no es una broma. Tengo ganas de llorar, siempre. Raro es el día que no.

Estoy empezando a perder cosas que me importan de verdad. Me siento podrida, asqueada, no me gusto, y desde luego no soy capaz de sentir todo lo de antes.

Me pregunto si he sido yo sola la que ha decidido desintegrarse sola, si ha sido un cúmulo de cosas, si ha sido esta asquerosa carrera o que cojones ha sido.

No me gusto, no me siento, no tengo ganas de hacer nada, y me da igual en que ambiente esté pero no me siento bien.

Y menos en esas situaciones. Pero como les quiero, me lo callo. Y digo que estoy bien.