Tenlo claro...

La primera vez que traspasó aquella puerta, apenas alcanzaba el metro de estatura. Se quedó en el umbral, aspirando el aroma a magia que desprendía aquella casa. La estancia estaba en penumbra, iluminada únicamente con una luz anaranjada, sin fuente aparente, al menos el pequeño no sabía de donde venía.

Se atrevió a dar un paso, y otro, y otro, hasta que se encontró de frente con la dueña de la casa, la que lo había traído hasta allí. Estás entrando en el mundo de los sueños, el mundo de las artes, el mundo ficticio y real, donde todo se rompe y se regenera de nuevo. Donde todo es infinito. Ahora te lo creerás, pero cuando seas mayor, empezarás a ponerlo en duda.

Los adultos son todos unos ilusos, no saben que la literatura lleva a todas partes.

lunes, 28 de diciembre de 2009

Presión

Preguntas, por todas partes. Pero es que esta vez no las hago yo. Y es simplemente la misma pregunta formulada un millón de veces. Y un millón de veces borro ese recuerdo de mi memoria, y miento, y digo que no sé nada, que ignoro por completo ese espacio de tiempo. Que en mi memoria eso no existe.

Pero si ha existido, y estoy mintiendo. Mintiendo... ¿Por qué estoy mintiendo? Porque asi protejo lo que mas quiero en el mundo ¿Es por eso? ¿Ni siquiera me estoy protegiendo a mi misma?

No.


Me dejo caer sobre la cama, abrumada. No puedo dormir. Todo me da vueltas, y una y otra vez pienso en la suerte y la perfección. Y por primera vez me doy cuenta de que la primera hace mucho que la recuperé, y que la segunda hace mucho que perdi el acercarme a ella.

Intento dejar de pensar, y la oscuridad comienza a salir de mi cabeza.

Un buen escritor es aquel que se esfuerza por escribir, aunque el dia considere que no es el mejor momento. Ese fue el primer pensamiento que apareció en mi mente cuando todo dejó de darme vueltas y ya nada estaba en sombras.


Sentí un olor, un olor imposible en aquella estancia. Pero era su olor. Me dejo llevar por otro recuerdo, uno que me provoca una sonrisa en la cara que no puedo reprimir.

Seguía allí, como un sueño imposible, como una sombra en el viento que se desplaza a una velocidad de risa. Olor a cerveza y sonidos de bar. Un bar lúgubre, que con tanta gente parecía demasiado pequeño, música a todo volumen.

Miradas y reencuentros.

Un lugar y un momento en el tiempo donde las enredaderas no eran la mejor metáfora para ejemplificar mis pensamientos retorcidos.

Un nuevo salto en el tiempo. Su sonrisa, una sonrisa amplia, que demostraba el no habernos visto en eras. Un abrazo infinito y una noche sin dormir.

Una habitación desordenada, los cajores abarrotados de ropa, las acústicas sobre la cama, el escritorio abarrotado de pañuelos. Todo seguía en su sitio, tal y como lo recordaba. Y si abrias la ventana olía a mar y a arena, olía a verano y a vacaciones. Olía a libertad.

Otro salto y esta vez me invade una calidez tremenda. Algo pesa a mis espaldas, una guitarra. Tranny. Paso los dedos por las cuerdas y siento como un sueño se convierte en realidad, y como la rabia de perder una y otra vez se convertía en música para nadie.

Y el frío de la calle de después, aunque aún era de día.

El último salto, un adios. La bruma vuelve nublandome la vista y mareandome de nuevo, pero sin conseguir adormilarme lo suficiente, haciendome llorar. Mañana se me notará, pero no me importa. Lo importante ahora es salir de allí.

Pero al menos las preguntas se han ido, para no volver. Mientras, la ciudad donde vivo es la ciudad donde los sueños imposibles se cumplen, aunque no sean para siempre, y en la que siempre, siempre está nublado.

viernes, 25 de diciembre de 2009

Recuerdo de un día de invierno

Al levantarme por la mañana recordé lo que había soñado. Hacía mucho tiempo que no soñaba contigo.

Quizás ahora ya no recuerde todo con tanta exactitud como cuando me levanté, pero quería contártelo para que lo supieras.

Soñé con mi primer año de universidad. Algunas conversaciones telefónicas deberían estar prohibidas.

Entraba por la puerta, nerviosa. Al principio no entendía, no comprendía qué era lo que me hacía que mi corazón latiera a tal velocidad. Me acerqué al tablón de anuncios y busqué indicaciones de mi clase. Nada.

Me dediqué a explorar por los pasillos. Un grupo de profesores me pararon al ver mi cara nueva y mis pasos desorientados por los pasillos de la facultad. Casi me desvanezco al notar un gran parecido contigo en uno de los profesores. Invenciones mías, di en mentirme.

Los profesores, muy amables, me indicaron que buscase una amplia clase con cristaleras y mesas blancas, de estas que se pueden inclinar a gusto de uno. Sí, como las que hay en el aula de dibujo técnico en mi colegio. Según ellos allí encontraría a mi tutora, y ella me ayudaría a encontrar mi clase.


Deambulé por los pasillos unos diez minutos, hasta encontrar la dichosa clase. Y la casualidad quiso, para mi desgracia, que aparecieras. Sabía que tenía que entrar, pero la sola idea de que me reconocieras y vieras en mi cara, ya de adulta, el miedo de hace años, hacía que me echara hacia atrás. Quería salir corriendo, no por mí, yo sabía que estaba bien, que ya no había nada que me atase a ti, y sin embargo tenía miedo de verte otra vez, de tu mirada de desdén.

No sé exactamente porqué, más bien de dónde saqué la valentía, pero me adentré en la clase, lo más segura que pude, y me acerqué a la profesora.

Bajé la voz, intentando no llamar tu atención, pero ya habías mirado.

Mientras la profesora buscaba algo en su libreta me dediqué a mirar el encerado. Un problema de geometría plana estaba dibujado a tiza blanca.

Sin saber muy bien si podía, me acerqué y, en pequeñito en una esquina, resolví el ejercicio.

Cuando me quise dar cuenta, la profesora me observaba con curiosidad. Me invitó a quedarme en aquella clase, pero ya se había acabado.

Me giré para irme, pero alguien me agarró de la muñeca. Eras tú.

-Me suenas- y me miraste con esos ojos profundos.

-Ah, si, es que tengo una cara muy común- Y me dispuse a seguir mi camino. Lo sentía, pero no estaba dispuesta a volver a romper tu vida.

- No, no. Cuando digo que me suenas, es que te conozco, sé quien eres.

Frené en seco. Mierda. Sabía que no había cambiado lo suficiente para que no me reconocieras, al fin y al cabo solo había pasado un año.

- Mira, lo siento ¿vale? Pero no iba a renunciar a mis estudios porque estuvieras aquí, al fin y al cabo, ya no me importas, quédate tranquilo, señor universitario don mecreoelcentrodeluniverso.

- Así no lo demuestras ¿sabes?

-Déjame irme.

Me giré bruscamente, sabía que era una mala idea, lo sabía, pero me empeño en dejarme llevar hacia donde yo quiero ir, sin importarme el resto del mundo.

-¡Espera!- me volví a girar con cara de malas pulgas. Quería irme de allí, y, paradójicamente, tú me retenías entre aquellas paredes que tanto empezaba a odiar.

- ¡¿Y ahora qué?!-grité

-Necesito ayuda con mis ejercicios- aventuraste.

Te miré con desesperación. Era cierto que ya no sentía nada al volver a mirar aquellos ojos que antaño me fascinaban, pero lo que nunca dije, era que me seguía fascinando todo aquello que nunca conocí, en calidad de amiga.

Me rendí, suspiré, te miré cansada y asentí lentamente.

-Te llevo a la cafetería, supongo que no sabes donde está todavía. Oye, ¿es en serio eso de que te quieren ascender a segundo?

-No voy a ir a segundo, me parece injusto, se debe empezar por el principio.

-¡Bah! Si ella lo dice, es porque podrías sacar segundo saltándote primero.

-No voy a saltarme un curso, Chris.

-Me parece bien, me sentiría tonto si alguien como tú saca mejores notas que yo, siendo un año más joven.

-Cállate. Me estas poniendo enferma. Ya parecemos amigos- Le miré y comprendí que me había expresado mal. Relajé la cara- Vamos más despacio...

miércoles, 16 de diciembre de 2009

Musique

Sentada en un sofá rojo. Es su color, lo descubrió hace poco en una tienda, viendo un vestido.
La habitación no entona con el sofá, no quedan mal pero no acaban de cuajar entre los dos. El sofá es demasiado chillón para unas paredes de color suave, y tiene un estilo muy antiguo para la habitación tan moderna.

Quizás no sea una unión perfecta, pero el sofá debe estar ahí, porque es el único asiento que hay en la habitación, y no sabe tocar la guitarra de pie. Más bien no tiene correa para hacerlo.

Pero de todas maneras ella prefiere tocar sentada. Es una estampa más bohemia, como ella.
Entona una melodía lenta, que suena a música clásica y que recuerda a la Francia del siglo XV, no por las pelucas, si no por la complejidad de los vestidos y los estampados tan enrevesados. Un arte barroco, demasiado recargado, pero bonito, y si se observa detenidamente, incluso se puede descubrir que es un patrón sencillo repetido un millon de veces.

Ajena a la sensación que produce su música y ajena a las demás personas que allí descansan, observando como sus dedos vuelan sobre las cuerdas de la acústica color madera y enamorándose de la melodía que les recuerda sentimientos que anhelan y quieren desesperadamente, ella sigue tocando desesperadamente, desahogándose pulsando las cuerdas cada vez con más fuerza mientras dos lágrimas resbalan por sus mejillas.


Nadie advierte su cara descompuesta en una mueca de terror, tan sincera que asusta, los ojos indican desesperación, su boca canta bajito una letra melancólica y su cuerpo tiembla de arriba abajo, aunque eso no afecta al sonido que le arranca a la guitarra mientras está sentada en el sofá rojo que tanto quiere.


A kilómetros de allí, en otra habitación distinta, descansa él, aporreando el piano por décimocuarta vez esta semana. Toca las teclas sin pensar que toca, tejiendo una melodía cambiante que solo conduce al caos y al desconcierto.

Su cabeza compone de manera ordenada, pero sus manos no obedecen y pulsan las teclas que están más cerca de la tocada anteriormente, piensa en un sofá rojo, un sofá que regaló hace mucho, aún sabiendo que no pegaba con la habitación a la que iba destinada. Mira la foto que descansa sobre el piano y toca con más rabia. Una foto de dos, cortada por la mitad, pegada con celo posteriormente y enmarcada como un cuadro viejo, el único recuerdo que a él le quedó.

Siguen tocando, cada uno sin oirse, y sin embargo si alguien pudiera oir las dos melodías a la vez, aunque sean distintas, aunque la guitarra suene siempre igual y el piano cambie radicalmente, siempre concuerdan y siempre obtienen una melodía fresca que sabe agridulce y que nunca se repite.

Ojalá se pudiera embotellar, grabar y reproducir, pero es imposible estar en los dos sitios a la vez.



Y los dos continuarán tocando con rabia hasta que alguno de los dos pare y escuche al otro lado de la pared, una separación que parecen kilómetros, la melodía dulce de la guitarra o la música caótica del piano y sienta el impulso de escuchar de cerca esa pieza compuesta sólo para ellos, y que sólo pueden escuchar ellos.


ainsi est la musique et ainsi se sent chaque un.

martes, 27 de octubre de 2009

Engaño

Fue todo demasiado rápido, casi no pude cerrar los ojos a la luz de los acontecimientos.

Una iglesia, estaba en una iglesia. Extraño. Nunca entraba en una. Nunca.

Seguí observando. No estaba sola. Policía. Por todas partes. Mi corazón comenzaba a latir de manera exagerada. La sola presencia de pistolas y olor a polvora disparaba todos mis sentidos.

Negro. FBI. Cascos por todas partes.

Me reconforté en mi abrigo negro. Y vi al hombre.

Se aferraba a una caja de madera, sentado en un banco. La policía hablaba con él.

Un hombre, destrozado interiormente, se refugiaba entre los hombres armados. Miraba con ojos de no dormir durante años al que estaba sentado en el banco.

El FBI negociaba con él. No, el FBI negociabamos con él. Entonces fui consciente. Una bomba. El hombre llevaba una bomba.

A mi lado, mi jefe con un megáfono le convencía de que no abriera la caja de música. Una caja de música.

El que se refugiaba entre los policias rezaba. Su vida dependía de que el otro hombre, que deliraba sobre su pasado, no abriera la caja.

Pero el del banco negaba rotundamente. Decía que esa caja era importante para él, y que no al entregaría.

Entonces la abrió. Todos esperaron una gran explosión, pero no la hubo. No era una bomba. Entonces comprendí.

Sacó una foto, una foto de su hija. Conmocionada, saqué el movil. Llamé lo más rápido que pude.

La señal del movil se me hacía eterna esperando que mi compañero cogiera el teléfono. Me impacientaba, el tiempo se agotaba.

Por fin descolgó ¡Sácalas de ahí! grité con desesperación.

Todo el cuerpo del FBI me miraba con curiosidad y horror, esperando que consiguiera la última esperanza de salvar a una familia.

Al otro lado del teléfono escuché como mi compañero apremiaba a Sarah para que saliera del coche hacia la casa.

Escuché las puertas del coche y escuché también sus pasos por el césped.


Lo último que escuché fue la explosión. Mi cara se descompuso. Colgué el teléfono.

El hombre del banco dejó la caja a un lado y se entregó. El otro hombre comenzó a gritar ¡¿Por qué?! ¡¿Qué te habían hecho?!

Con un grito ahogado se desplomó en el suelo y comenzó a sollozar.

Estaba clavada en el suelo. No me podía mover.

Un padre, había regalado a su hija nada menos que un pasaporte a la otra vida.

¡Sam! ¡Sam! mi nombre volaba por la iglesia. Si, seguiamos en la Iglesia.

Me di la vuelta y montamos en el coche. Dirección: explosión.

Casi no pude bajarme del coche al llegar. Allí olía más a pólvora que en la iglesia. Me mareaba.

La casa estaba en ruínas, quemada. El coche de mis compañeros estaba aparcadado en la acera, con las puertas cerradas.

Los bomberos ya estaban allí, pero supuse que nada se había salvado.

Nada ni nadie.

domingo, 25 de octubre de 2009

Enfermedad

Puede que el título esté más ligado a mi estado de salud en estos momento que a lo que hablaré a partir de esta frase, pero bueno, era apropiado.

He perdido un don, aún no tengo claro cual. Tengo varios posibles, pero todos me llevan al mismo. He perdido el don de la palabra.

Todo lo que escribo me repugna, quizás esa sea la razón de tener que quitarle telarañas a este blog, me asquea, y lo borro. Definitivamente escribia mejor cuando solo estabamos él y yo en mi cabeza.

Creo que es el único amigo que he tenido de verdad. Y me refiero solo a la parte masculina, aunque esto pueda llegar a discrepancia. Y, sin embargo, con él también he perdido el donde la palabra.

Odio el msn, odio el tuenti. Los odio, me han acabado por parecer conversaciones de atrezzo, que no son verdad. Así no se conoce de verdad. Excepciones, todo lo que me podais replicar sobre esta afirmación son excepciones.

Todo lo que quieras conocer por internet, en la vida real no vale. No existe, se esfuma.
Es absurdo pensar que un aparato con pantalla y teclado nos pueda unir más a otra. Porque en el momento de conocerla, se esfumó. Volverás a preguntar cosas que ya sabes, pero has olvidado.

Esta forma de comunicación, a pesar de ser provisional, tiene algo bueno: que se guarda. La puedes releer, y así no se te olvida. Pero no puedes vivir ligado a un recuerdo. No puedes.

Me he acostumbrado a vivir sabiendo las cosas a medias, a saberlas por chat, via pregunta-respuesta...

Y me cansé. No me gusta. Adopto un pensamiento que no es mio. Si empiezas una frase, la terminas, no la dejas a medias. Si me quieres contar algo me lo cuentas como quieras... Pero cuentamelo.

Y pregunta, no preguntas ¿No existe la curiosidad en ti? No, no existe. Quizás crees saberlo todo... pero ¿realmente lo sabes? no, claro que no. Eso lo sabes tu tambien. Peor e smejor hacerse el interesante.

Pues señor interesante le digo dos cosas: espero respuesta.

Todavía.... espero respuesta.

domingo, 11 de octubre de 2009

Un baile de máscaras

Me siento con ganas de escribir. Si, de escribir. Seguro que alguien de los que le dedican cierto tiempo a esto ya ha entendido de que hablaré.
Claro que si. Dos historias paralelas, dos vidas que se juntan misteriosamente ¿ Hasta que punto? Eso no lo sabe ni el que lo tiene más claro de los dos.
Siento tener que escribir de una manera tan seca sobre este tema, pero hay una confianza inquebrantable que debe continuar siendo así.
No se si me alegro, debería ser así, pero no lo es.
Quizás sea porque es todo un castillo en el aire, quizás sea por lo peligrosa d esa union (acabaré siendo muy puteada, lo sé, lo presiento), o puede que simplemente sufra por alguien ajeno a este "compromiso".Noo. No es quien todos pensais, tampoco os voya a decir quien es, es todo un baile de máscaras, puedes intuir pero nunca llegar a saber.
Existe el miedo a pensar que se corte un hilo, un hilo conductor. Un hilo muy bonito, y porque no, dorado. ¿Y si se corta?Duele preguntarlo, a pesar de haber echo un millon y un preguntas. Si, un millon y una, porque habia una que era especial, en el sentido deúnica, claro. Son de las que solo haces una vez, porque las entiendes.
No existe posible eliminacion, no existe echarse atras, no en esto.
A veces sigo preguntándome porque hago ciertas cosas que mi conciencia se niega a aceptar. ¿Por qué instar a una persona a hacer cosas que se supone que tu no quieres que ocurran? ¿Quizás quiernes sentirte mejor contigo misma? Es posible, puede que tan solo sea para que no haya sospechas.
No. ¿Sospechas de que? No ocultas nada, o eso crees tu...
Todo pasa rápido, conciso, sin darte tiempo a respirar. Si cierras los ojos ya ha pasado, si decides no mirar estas siendo cobarde.Y tu no quieres ser una cobarde.
En estos momentos te falta una mitad y un cuarto de la otra. Una mitad que se lo está pasando bien. En mi cabeza, Christian suplica por salir, por protestar, por empezar a rosmar otra vez, criticando toda afirmacion que se le pasa por delante.No le dejo. Golpea el cristal con mas fuerza. Soy consciente de que Harry de un momento a otro comenzará a tocar la batería para hacerlo callar.
Que decir de Gill, que como siempre es ajeno a todo, sentado en una silla leyendo. ¿Qué si no iba a hacer dentro de mi cabeza?
¿Notais que falte alguien? Me estoy olvidando de Cova. Bueno está ahi. Pero tiene problemas más grandes a los que atender.
Sigue faltando alguien. ¡Ah!Estás ahí, Dougie.Ultimamente llama a la puerta demasiado. Me rompe la cabeza. No se si deberia entrar-
Me desvio de tema. Si Christian hablara, diria algo asi como que deberia callarme y dejar que las cosas siguieran su curso, que era imposible apoyar a dos personas, porque al final acabaria pasandolo mal.Harry le haria callar a golpe de platillo permanente y solo entonces, Gill gritaria por encima de ese ruido para hacerme dejar de pensar.
Que interesante, juraría que iba a parar de hablar de ellos.
Y si no puedo hablar de ellos entonces hablemos de ella. Realmente se muere de ganas porque deje entrar a Christian. Era un compañero de juegos muy entretenido.
Pero está sola, sola entre hombres vaya, y ninguno le acaba de interesar. Quizás Brith que viene a hacer una vista de vez en cuando sea su unico estimulo.
No tiene buen dia desde ayer. Se comporta fria y se tambalea, quizás podria darle un chocolate, pero no le gusta.
Ella ahora quiere otra cosa.
Quizás la consiga pronto. A pesar de que eso es imposible de conseguir (es un verbo demasiado posesivo para denominarlo).
Y quizás ocurra antes de lo que nadie imagina. Quizás, debiera haber salido todo bien el dia anterior. Solo porque Cova se encontrara bien ahora.
Quiero hablar con ella pero es imposible. Está totalmente incomunicada.Quizás mañana.

sábado, 3 de octubre de 2009

Disculpas.

Siento haber borrado la entrada anterior(sobre todo por meruxi que habia conseguido dejar un comentario) Pero considero que ya no debería existir.

Debo pedir disculpas y comportarme como la adulta que debo ser. Encontré el camino equivocado a la verdad yu por tanto debo retroceder sobre mis pasos y coger la otra bifurcación.

Esto será corto. No me apetece escribir mucho más.

Bueno, la próxima será el doble de lo normal para compensar.

lunes, 7 de septiembre de 2009

Eco.

Cuando vas a una exposición de cuadros, todo lo que oyes es el eco de los pasos de los visitantes.
Y nada más. Existe tal silencio allí que pronunciar una palabra se hace imposible.
El silencio en esos lugares se hace fuerte, inquebrantable, y el que se atreve a romperlo se convierte en violador, del silencio, claro está.

Porque te da vergüenza. Tienes miedo de cambiar lo que ocurre en esa sala. Tienes miedo de... ¿De que tienes miedo? De interrumpir los pensamientos de los demás.

Quizás tengas una señora extravagante, vestida de rosa y amarillo chillón, que quizás esté pensando... Bueno quizás esté pensando en lo absurdo del arte abstracto que tiene delante de sus narices, cuando no se da cuenta de que ella misma es un cuadro abstracto y que debería mirarse al espejo antes de salir de casa.

Quizás en el centro de la sala se haya sentado en un banco un chico con cascos, escuchando quizás música poco convencional, haciendo más caso del que a él el gustaría a la obra que tiene delante, porque aunque él no lo sepa la está observando mientras opina que estaría mucho mejor en un concierto de rock. Pero llega a la conclusión de que un poco de silencio de vez en cuando no está mal.

Puede que también... Exista un hombre con camisa y vaqueros observando un cuadro, pensando si existe otra percepción del mismo, si es lo que está viendo o en realidad intenta expresar otra cosa que no capta. Así que se tiraría allí horas y horas dándole vueltas al cuadro, girando la cabeza para verlo desde otra perspectiva, solo por si acaso, intentando llegar a una conclusión lógica.

Existe también, en algunas ocasiones, el fantasma de un rubio que se dedica a criticar todo cuadro viviente, sin excepciones. Ninguno le gusta, ninguno le entusiasma, pero tampoco pone cara de disgusto, y mucho menos de alegría. Simplemente pasea y niega.

Si, son demasiadas personas para una exposición de cuadros y esculturas. Pero no es una exposición corriente. Es privada, solo para algunas personas especiales. Claro que, cuando tienes muchas personas especiales, deja de ser un sitio privado.

Por eso prefiero que sean pocos. Pocos para que exista el eco de sus pies, para que eso sea lo único que les delate, sus pisadas, dejando marca en el suelo, marca sonora.

¿Alguna vez os habeis preguntado para que existe el eco?
Esta es mi respuesta. La mia.

martes, 1 de septiembre de 2009

Bombones

Escribir... Es lo único de lo que me creo capaz de hacer ahora. Quizás porque sea una buena manera de expresarse aunque no lo haga con una gran claridad.

El karma. Si, simplemente el karma. Me estoy dejando llevar solo por el karma.

Y funciona.

Es interesante ver como las cosas se solucionan solas. Practicamente solas, al mínimo paso que das.

A pesar de que yo hoy debo hablar de pasos grandes.

Domingo. No, hoy no lo es, lo ha sido ayer... Y ayer fue un bueno domingo... Con domingo me refiero a una persona que se fue un domingo. Y volvio un lunes.


Quizás haya vuelto como algo abstracto, sin pegar. Ahh.. Si, recuerdo esa metáfora.
Es como si su recuerdo se estuviera rompiendo y no tuviera pegamento.
Pero.. Ahora hay pegamento. Quizás aguante menos tiempo... Pero cuando se rompa habrá más pegamento.

Si, porque ese pegamento surgió del desahogo... De explicarle las cosas a uan persona ajena a todo esto. Completamente ajena que decidió escoger escuchar en vez de hablar.

Hablemos de esa persona, hoy me siento con fuerzas para hacerlo.

Es... ¿Como describir algo que no conoces? Misterio. Eso es. Te puede salir tanto con un bombón de licor, bonito por fuera pero áspero por dentro, como con uno de pranilé.. dulce y suave.

Si, es una comparación pobre para ser pensamientos. Pero debo explicarlo así, porque los bombones me gustan pero los como en contadas ocasiones.

Y me gustaría hacerlo más a menudo. Pero para eso necesito que alguien me compre bombones. Necesito que él me compre bombones.

¿Si me los va a comprar? Eso aún no lo sé. Es probable, posible que si. Pero todavía no me quiero creer nada. Solo por intentar ser realista y positiva a la vez.

Hablar por messenger de vez en cuando no es suficiente, es frio y distante. Y de ningún modo es aceptable en una amistad seria.

sábado, 22 de agosto de 2009

Pasado

El otro día me mandaron hacer limpieza. Me esperaba una tarde larga y una pila de papeles que poco le faltaba para ser tan alta como yo, aunque no sea dificil serlo.

Decidí empezar lo antes posible, para pasar el mal trago cuanto antes.

Temía que me encontraría allí. Dibujos de hace muchos años que no querría tirar, a pesar de que estarían fatal hechos debido a la poca práctica de entonces, historias referidas a un pasado no tan lejano pero que se quedó encerrado en un cajón y esta vez tendría que salir de allí para decidir si deberían desaparecer.

Comencé a mirar los papeles uno por uno, deteniendome en aquellos escritos por las dos caras, incluso con escritos de unas dos o tres páginas.

Descubrí aquella imaginación perdida, aquella que intento evocar escribiendo estas palabras.

Si no hubiera descubierto aquellos viejos sentimientos quizás ahora no sería capaz de escribir esto.

Había dibujos de un mundo poco original, poco soñado, con manos deformes por no saber dibujarlas a la perfección, con torsos posicionados de manera extraña y caras inexpresivas.
He de confesar que me rei de mi misma en cuanto los vi. Aquella niña inocente que sabía poco más que las nociones básicas y que, en aquel entonces a sus ojos eran los dibujo smás perfectos del mundo.

Había historias escritas a mano, no os preocupeis algún dia publicaré una, aunque soy consciente de que nadie las lee. Historias sobre un caballero sin interés alguno por cumplir hazañas ni salvar a una pricesa de un malvado dragón. Puede que esto suene cursi pero las historias son algo más modernas que eso. Bastante más modernas.

No se me da muy bien lo de escribir, más bien expreso. Si tengo que hablar sobre algo que no me gusta suele ser un texto corto, austero, sin mucha floritura. Sin mebargo cuando hablo de algo interesante desde mi punto de vista podría escribir facilmente unas 20 lineas como introduccion. Lo que pueda salir a partir de ahí ya no lo sé.

Lo que había planificado como una tarde aburrida y cansada en casa ordenando papeluchos de tres al cuarto que pronto servirían nada más que para hacer garabatos o usados como papeles de emergencia a la hora de anotar números de telefono, se convirtió en un afán por intentar salvar aquello de mi pasado que consideraba digno.

El resultado, como cabía esperar, era una gran indecisión acerca de lo que debía quedarme y que no, y, por tanto, guardé más papeles de los que me digné a tirar. Por tanto la situación sigue estando escabrosa a la hora de mantener mi cuarto ordenado, mas bien ha sido convertido en papelería nacional del estado.


Cabe aclarar que de lo unico que me deshize fue de todos los apuntes de hace dos o tres años acerca de la reconquista en españa o la dinastía de los borbones impresa en blanco y negro. Y quizás alguna historia que otra que no apetecía conservar por no recordar malos momentos.

De todos modos fue una tarde interesante, solo por el hecho de haberla invertido en mirar hacia atrás y aprender un poco de mi yo anterior. Si es que alguna vez la hubo.

martes, 18 de agosto de 2009

Quizás mejor olvidar

Nivel: mente curiosa.

Sería mejor explicarlo. Cuando tienes amigos interesantes ¿No sientes la tremenda necesidad de conocer? Esa curiosidad que se hace medianamente necesaria para ti.

Y¿Serías capaz de vivir sin saber la respuesta? Si ni siquiera quieres saber la respuesta, entonces no eres lo que yo quiero. Si no te molestas en querer saber ciertas cosas, no eres lo que espero.

Más bien lo que yo espero ya llegó, aunque en forma de amigo.

Y quizás es todo lo que necesito tener. Un solo amigo de ese tipo... No es el tipo A y del tipo B, simplemente porque para que hubiese un tipo tendría que haber más como él.

Pero él es único, único en el sentido del que él y yo sabemos.

A veces es la cosa mas dulce y siempre consigue hacerme sentir mejor aunque solo sea con una mirada y aunque él no quiera decir nada con ella.

Y a veces tiene el dia medio borde pero sigue siendo genial.

Es dificil intentar hablar de él así porque me da la impresión de que no le chista mucho que hablen de él de esta forma tan extraña.

Pero bueno, creo que en esta relación tan genial... Lo más importante es que creo que durará lo suyo pase por lo que pase esto..

O eso espero. Menuda desilusión si esto se evaporara sin más como el humo.

domingo, 16 de agosto de 2009

¿Por qué me molesto en flotar?

Es como intentar ser un corcho siendo una piedra. Es como querer llegar arriba y no poder.

Es pensar que todo el mundo hace lo mismo contigo. Es necesitar estar a la defensiva con todo el mundo. Es como notar como al gente te tiene asco.

No, estoy harta de tener que verlo así. Es como si tuvieras un molde y no te puedes mover de ahí o acabarás mal.

¿Me sientan mal las cosas? Si, me suele sentar mal casi todo lo que me digan.... Otra cosa es que te digan "es que me rei tanto cuando..." No, ahí si que no llego. Es como dar a entender que te estas comporando de una manera ridícula, pero tú no te das cuenta porque no eres madura y no sabes de la vida, como si te echaran en cara todo lo que piensas, y por el hecho de pensar de una manera tan... extraña para ellos eres motivo de... ¿risa? Odiosa, si, esa es la palabra que mejor me define.

Y ellos viven en su mundo. Claro que si, los dioses no suelen preocuparse de la vida de los mortales.

¿Y os creeis superiores? Poque espero que no. Sería lo que me falta.

No se me cuentan las cosas ¿Qué voto de confianza podría ser ese? Ninguno. Secretos por todas partes. Caro, silo entiendo, a las niñas pequeñas que no saben no se les cuenta porque... ¿Qué remedio te vana dar ellas? No, no digo que me conteis vuestra vida de arriba a abajo, pero si pasa algo, si estais mal, si hay algún problema....

No sé, es prácticamente imposible explicar lo que siento ahora. Aunque estar en una habitación con las paredes haciendo menguar el espacio, teniendo una angustia tremenda por no saber que pasa que te encierran, que están reprimiendote.... se le parece mucho.

Quizás solo necesite recuperar alguna de mi antigua ropa y volver a esconderme detrás de un gorro y un conjunto negro normal.

Quizás sería mejor apagarme la mente y dejar de funcionar.

Cuando lo que querías y quieres notas que ya no te quiere.

Debería volver atrás. Pero ya. Y ya no sé si es que estoy cabreada conmigo o con el resto del mundo.