Tenlo claro...

La primera vez que traspasó aquella puerta, apenas alcanzaba el metro de estatura. Se quedó en el umbral, aspirando el aroma a magia que desprendía aquella casa. La estancia estaba en penumbra, iluminada únicamente con una luz anaranjada, sin fuente aparente, al menos el pequeño no sabía de donde venía.

Se atrevió a dar un paso, y otro, y otro, hasta que se encontró de frente con la dueña de la casa, la que lo había traído hasta allí. Estás entrando en el mundo de los sueños, el mundo de las artes, el mundo ficticio y real, donde todo se rompe y se regenera de nuevo. Donde todo es infinito. Ahora te lo creerás, pero cuando seas mayor, empezarás a ponerlo en duda.

Los adultos son todos unos ilusos, no saben que la literatura lleva a todas partes.

viernes, 30 de abril de 2010

Si te digo que te quiero

Es hora de renovarse, de tentar a la suerte y dejar fluir palabras más claras, más importantes y adultas, es hora de crecer en el sentido literario. Sin fallos, ni faltas.

Analizando la situación todo aquello que dije en un principio no es cierto ¿Cómo podría ser cierto? Es la primera vez que hablo de esto. Al menos contigo.

El amor, el amor es esa sensación que hace que te sientas vivo, alegre, cálido y totalmente en las nubes. Te tomas la vida con filosofía, nada te puede salir mal, todo te arranca una sonrisa.

Claro que, ¿Solo el amor nos puede mantener en ese estado de éxtasis, de anestesia permanente, como si fueramos agua, que fluye, libre? Ese es el problema del amor, creemos que es todo lo que necesitamos para vivir, me refiero, las mujeres.

Nunca sentí esa falta de cariño, siempre he sido bastante propensa a pensar que el amor llegaría con los años, y que no debía preocuparme, que simplemente era la creación de un sentimiento, algo que lleva tiempo, tiempo porque tiende a la perfección y eso lleva esfuerzo. Quien quiera que esté ahí, escúchame: ese vacío lo hice yo, yo construí un hueco en mi corazón, para eliminar el fracaso otra vez. Si, a mi tampoco me salió nucna como creía que me iba a salir.

Se llama idealizar, y es una cualidad humana que nos incita a desarrollar en algo o en alguien la mejor opción para nosotros, lo "perfecto". Pero nadie es perfecto, por mucho que nos empeñemos en que exista algo que si lo sea.... ¿Por qué si no tendríamos la idea de perfecto en la cabeza? Nos planteaba Descartes, como uno de los argumentos claros de la existencia de Dios. Permítame señor filósofo decirle que la duda metódica no sirve en estos casos, que la mente ha evolucionado y que en vez de utilizar su método nos hemos dedicado a seguir a Marx y apostar porque el ser humano se dedica al trabajo, obviando las situaciones pensantes, en las que deducimos partes del mundo, de nuestra mente, del pensamiento humano y de cómo hemos llegado hasta aquí.

Soy una incompredida de mi tiempo, soy una mente de adulto encerrada en el cuerpo de una niña de 17 años, casi 18, rozando la mayoría de edad, como si en mi se intentase corroborar la teoria de la reminiscencia de Platón.

Es curioso, este blog nunca será conocido, es un blog entre filosófico y de ideología, que empieza con un tema y sin resolverlo, lleva a otro. O eso aparenta, seguimos con el análisis de la mente humana ¿Por qué a estas edades nos interesamos tan poco por la filosofía y por cómo funcionamos? Técnicamente somos casi adultos, deberíamos fomentar nuestra madurez, pero es el amor lo que nos hace volvernos insensatos, lo que nos hace cerrar los ojos a otras posibilidades de pensamiento.

Para mí el amor es olor a chocolate, sensación de vivir, pero es algo que nunca alcanzaré, nadie me busca como fin último de su existencia, no con esa intención. Mi mente grita, no para de gritar, que me aleje de ese sentimiento, que existen cosas más importantes, alarmantes, que el uso de la razón en el amor, es una capacidad que todavía no tengo, que debo esperar para no salir lastimada, de nuevo. En dos situaciones me revelé contra mi cerebro, y no le hice caso, y terminé fundiéndome durante un tiempo en la soledad ¿Cómo salir de esa asociación entre amor y dolor que Salinas presenta en La voz a ti debida? No en la gente, si te buscan, no en tu nombre si te llaman, o algo así. Quizás es si te nombran, en un intento de redundancia.

Tendría que aparacer alguien que consiguiera alejar ese dolor del amor, alguien que me provocara sentirme en las nubes, alguien que me ayude a sentir la sensación de flotar. Perdona, está siendo un monólogo, cuando a esto se le debería llamar conversación.

-No, simplemente no me gusta interrumpir tus deducciones en alto, me gusta seguirlas, también me hacen reflexionar. Si te digo que te quiero ¿Cambiaría tu opinión del amor? Y deja a Descartes, Platón y Salinas, que aunque no es filósofo, sabía de tema; fuera de tu respuesta y tu razonamiento lógico. El amor no es lógica, no es números, ni matemáticas, simplemente ocurre y no ocurre siempre en la smismas circunstancias, ni siempre es la misma situación, ni relación. No es como sumar dos más dos, no es así de simple. Es un juego complicado, de esos que te gustan.

-Pero es complicado, y eso implica que hay errores, fallos, está incompleto y nos lleva a error como...

-Nada de hablar de Hume y su teoría costumbrista. El amor, es amor y punto. No tienen ciencia, no tiene pensamiento, solo es dejarse llevar, y es lo que le falta a esa cabeza, eliminar el miedo a alejarse de la razon y vivir con el corazón.

-Si me besas....

-Lo haré, pero primero debes prometerme que ni Descartes, ni Hume, ni Platón, ni ningún filósofo en toda la historia de la humanidad, excepto tú estará en esa cabeza cuando lo haga.

- Si me besas, lo único que habrá en mi cabeza, serás tú.

-Eso... Es el amor.

domingo, 11 de abril de 2010

La sombra...

Nada te conté de aquello. Nunca, cielo. Estoy cansada de ocultarselo todo a Elle. Estoy cansada de rezar al cielo, cariño.

Elle necesita a su padre, y yo no sé donde estás. No quiero que odie a quien le dio la vida en parte, pero ya no sé que decirle para que entienda que lo hiciste por nuestro bien.

Me estoy haciendo vieja, ya no tengo las mismas facultades como en aquella conversación bajo la nieve, ya no somos los mismos, pero yo sigo necesitándote, sigo precisando ese aire que impedía que me ahogara.

Yo... Quisiera pensar que te fuiste tal y como dijiste, y que no me mintieras cuando depositaste el último beso sobre mis labios y me prometiste que volverías porque me querías.

Esperé, te esperé durante años pero aún no has vuelto. Yo... Quisiera decir que hice lo que me dijiste, que me hice fuerte por las dos, y que guié a Elle para que se convirtiera en una chica tan lista como su madre, sagaz, sediente de dudas. No lo conseguí, lo siento, pero no fui capaz.

Elle creció dentro de un ambiente alocado y desobediente, donde reinaba el caos y el odio. Se revolvía entre la bondad y el cariño, intentaba escapar de todo aquello. Pasaba noches fuera, y cuando volvía ni se molestaba en dar explicaciones, yo tampoco se las pedía.

Nunca le expliqué porque la llamamos Isabelle y sin embargo usabamos siempre el diminutivo Elle, ella... Ella... Esperaba que algún día se acercara a la biblioteca para averiguarlo. Me siento perdida, sin salida.

Creo que... Creo que nunca podré perdonarme haberte dejado marchar, pero aquellos ojos que yo dibujaba a través de los cristales oscuros de tus gafas, aquellos ojos que imitaban la miel aquellos que me observaban a mi y a nuestra pequeña Elle mientras se alejaban en el caluroso verano me dejaron incapacitada para decir simplemente te quiero y resignarme, anestesiada por tu candidez, a dejarte marchar.

Hoy la dejaré sola, espero que puedas perdonarme. Pero yo no puedo enseñarle nada más, y tú no estás aqui para verme marchar esta vez. Lo siento, de verdad lo siento.

Me voy con el rumor ...del viento.

jueves, 1 de abril de 2010

Puto abril

Sé que no es fácil pequeña. Ya lo sé. Déjame que te cuente una historia.

¿Recuerdas la nieve? Recuerdas aquella historia ¿verdad? La culpa es mía por habertela contado. Tengo que disculparme hija, no te conté la verdad.

Elle, Elle cielo, sé que no quieres hablar conmigo, pero escúchala, aunque no contestes.

Lo primero que deberías saber es que es uno de mis preciados tesoros, y que todo fue mentira. Los árboles, los copos de nieve, el primero al último, todo, fue mentira.

Perdona si no quise decírtelo, pero el final era demasiado duro para contártelo. Yo... Él... No fue así, nunca lo sería.

Verás, hay veces que la gente se equivoca, se equivoca mucho. Se supone que hay que saber perdonar... Pero aquello, aquello parecía no tener solución.

Sé que no entiendes nada cariño, pero debo decirlo. Yo... No tenía porqué haberlo hecho, yo también soy demasiado buena. Pero lo hice, y me arrepentiré toda la vida.

Le llamé, Elle, y fue un error. El último momento había sido bonito, sin mentiras, puro. Pero después quise llamar, a pesar de saber que no debía hacerlo, pero necesitaba llamar.

La conversación tampoco mejoró la llamada, una vez cometes un fallo, la lógica te impulsa a seguirlo.

Sé que él me seguía queriendo, lo sabía, pero mi corazón no atendía a razones, se había roto. Había conseguido hacerme sentir peor. Me creí morir, había fallado. Yo, había fallado. Intenté mantenerme firme en aquella palabra "idiota" dicha con total cariño, el cariño con total siceridad.

Todavía no sé porqué empecé a marcar, supongo que solo quería oir su voz, pero oir su voz suponía arriesgarse a un grito o a una mala contestación. Casi la tuve. Tampoco sé porqué te lo cuento ahora, a través de esta puerta, no siquiera sé si me escucharás con tanto ruido que tienes en la cabeza. Supongo que sé que esta es la única manera de decir las cosas sin decirlas del todo.

Elle... cuando quieres a alguien haces las mayores estupideces del mundo, lo que te convierte en idiota. A veces crees haber hecho mal, la vida te enseña a realizar buenas acciones, y a rechazar ciertas actitudes.


Todavía no sé si aquello fue bueno o malo, si realmente hice tan mal como yo creía que había hecho justo después de que colgara sin escuchar mi despedida. Solo sé que en el momento de la llamada entendí que aquellas dos semanas eran en compensación a lo que me esperaba después: el silencio. No eterno, por supuesto, que tontería, y aunque le mentí y le dije que sería capaz de vivir un par de días con aquello... Ambos sabíamos que fue la mentira más grande de la historia, y que no lo soportaría. Después de escuchar aquella voz, no.

Simplemente Elle, rezo. Rezo por que algún día yo madure, siendo tan mayor como soy. Rezo, porque creo que algún día me escuchará, rezo porque alguien me proteja del infierno y rezo porque no creo en Dios. Rezo por pegarme pronto.