Tenlo claro...

La primera vez que traspasó aquella puerta, apenas alcanzaba el metro de estatura. Se quedó en el umbral, aspirando el aroma a magia que desprendía aquella casa. La estancia estaba en penumbra, iluminada únicamente con una luz anaranjada, sin fuente aparente, al menos el pequeño no sabía de donde venía.

Se atrevió a dar un paso, y otro, y otro, hasta que se encontró de frente con la dueña de la casa, la que lo había traído hasta allí. Estás entrando en el mundo de los sueños, el mundo de las artes, el mundo ficticio y real, donde todo se rompe y se regenera de nuevo. Donde todo es infinito. Ahora te lo creerás, pero cuando seas mayor, empezarás a ponerlo en duda.

Los adultos son todos unos ilusos, no saben que la literatura lleva a todas partes.

viernes, 17 de septiembre de 2010

Coger la pluma...

...y volver a escribir.

Alma estaba desanimada últimamente. Creía saber porque era, pero no llegué a realizar la pregunta.

A pesar de estar tantos años viviendo con ella, todavía no me atrevía a abrir la boca. Al fin y al cabo siempre era ella la que me hacía las preguntas. Yo observaba sentado desde el pasillo, la gran alfombra de color rojo, espesa, era un asiento cómodo. Ella se sentaba en el piano, adoptaba la postura de "El Pensador" y ponía cara de pena.

Era muy fotogénica en aquella postura, la fotografía era una de mis pocas pasiones, además de escuchar todas las historias que me contaba. Mientras intentaba llegar a una conclusión, alguien farfulló en francés, un susurro casi imperceptible. Alma se giró hacia la puerta, y vio mi rostro asomando por la abertura de luz.

Sonrió, y me invitó a pasar a la amplia sala de música. Aquel lugar, de paredes blancas, era uno de mis lugares favoritos de toda la casa, casa-mansión, era una casa de campo bastante grande, era difícil decantarse por una habitación concreta.

Juraría no haber visto a Ella en todo el día, debía de haberse metido en aquella habitación por la mañana. Ella vivía con nosotros desde hacía unos meses. Había cruzado toda la provincia y atravesado el lago a nado para escuchar las historias de Alma. Y ella la aceptó de buen grado. El único inconveniente es que sólo hablaba francés.


Alma adoptó de nuevo la postura, y decidió hablar en francés, para que Ella no tuviera problemas en entender lo que estaba contando.

-Vous savez pourquoi je suis un peu déprimée, non?(Sabéis por qué estoy un poco deprimida, ¿No?)- Ambos asentimos levemente.

-J'ai pensé que tandis qu'Ella était ici, les deux vous resteriez, mais déjà vous êtes plus grands, et il ne me devrait pas importer. D'avance elle vivait seul (Pensé que mientras Ella estuviera aquí, los dos os quedaríais, pero ya sois mayores, y no me debería importar. Antes vivía sola.)

-Ne te préoccupe pas- Ella, con sus grandes ojos verdes, miraba intensamente a quien había sido su compañera durante dos meses. Tenían una gran diferencia de edad, pero podía ver la admiración de Alma en sus ojos. Tenía muy claro que quería que ella fuera su sucesora, que aprendiera a contar historias-Nous te visiterons.

-Oui-añadí- No te vamos a dejar sola. Con todo lo que nos enseñaste, no podríamos.

-No nos atgevegiamos- Ella había aprendido, además de las artes que Alma le había enseñado, un poco de nuestro idioma, e intentaba hablarlo todo lo que podía, aunque no terminaba de entenderlo cuando le hablaban rápido.


Recuerdo con mucho cariño a Alma, hay demasiadas historias contadas, y demasiados momento vividos. Pero, últimamente no paro de pensar en todos los momentos que viví con ella y con Ella, sobre todo con... En fin, creo que lo que más me gustaría destacar son las numerosas tardes en las que el sonido del piano inundaba la casa y las noches en las que nos fuimos haciendo mayores conociendo historias cada vez más complejas.


Aunque sólo sean los recuerdos de un médico hablando de la persona que me dio a entender tanto en esta vida. Aunque su francés no fuera tan bueno como intentaba. Y aunque yo no sepa plasmar tan bien todo lo que me enseñó. Es el principio de un libro, escrito durante más de dos años, porque como ella decía: "Todo son lagunas, la vida va y viene, y las lagunas de poca inspiración sucedían a los momentos de gran creación artística y es en esos momentos en los que te tienes que sentar, cerrar los ojos e imaginar".

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