Tenlo claro...

La primera vez que traspasó aquella puerta, apenas alcanzaba el metro de estatura. Se quedó en el umbral, aspirando el aroma a magia que desprendía aquella casa. La estancia estaba en penumbra, iluminada únicamente con una luz anaranjada, sin fuente aparente, al menos el pequeño no sabía de donde venía.

Se atrevió a dar un paso, y otro, y otro, hasta que se encontró de frente con la dueña de la casa, la que lo había traído hasta allí. Estás entrando en el mundo de los sueños, el mundo de las artes, el mundo ficticio y real, donde todo se rompe y se regenera de nuevo. Donde todo es infinito. Ahora te lo creerás, pero cuando seas mayor, empezarás a ponerlo en duda.

Los adultos son todos unos ilusos, no saben que la literatura lleva a todas partes.

domingo, 14 de febrero de 2010

Feliz San Valentín

No creo en esta fiesta. Hace mucho perdí la ilusión por ella.
¿Es el amor, aquello que ansiamos, el verdadero equilibrio de nuestra vida? Yo creía que sí.

Yo creía, hace unos días creía, que tú, con tu sonrisa blanca y perfectamente alineada, tú, con tus sudaderas, con tu mirar por encima del hombro, creía en esa concepción de tí.

Juré haber creído, no volver a perdonarte nada. Juré que todo el "amor" que yo sentí, todo aquello que me había empujado a actuar de una manera torpe e infantil, aquello que condicionó nuestro distanciamiento, creí haberlo tornado en odio.

Eso mostraba mi mente después del llorar, después del adiós, pero ahora que lo pienso en frío, y ahora que pasó un año de aquello...

Eres feliz, con tu camisa gris, tu fiesta, tu vida nueva. Eres feliz. Te ha cambiado la sonrisa.

Tus ojos fueron siempre azules, porque tenías hielo dentro de ti, solo hielo. Como un ser congelado esperando a despertar.

Y despertaste, ya no te puedo tocar, pero seguro que, si lo pudiera hacer en este momento, la diferencia de temperatura entre ambos ya no sería tan distinta. No estarías helado.

Te has vuelto humano, Christian. A mis ojos lo has hecho.

En algún momento, sé que me enamoré de alguno de tus yos interiores. Quiero pensar que fue del que ahora te domina, del que vive dentro de ti, aprisionando a los otros.

No regreses, quédate donde estás, no despiertes de nuevo. Para el tiempo, y quédate ahí, en tu fiesta, con tu camisa gris y tu nueva sonrisa, ya no tan perfecta pero más cálida.

Espérame ahí, espera a que regrese, espera a que yo despierte y madure, solo para poder ver que sigues siendo el mejor, y que sigues adelante con una vida, esta vez perfecta de verdad.

Será totalmente perfecta, porque cuando me veas, si puedieras, estarías orgulloso de mi... Si pudieras verme, Christian.

Si pudieras verme, papá... Porque es lo único con lo que te puedo relacionar ahora, como un padre, que me enseñó que no todo en la vida es agradable. Fue ella y fuiste tú, y fue la vida, y si me ves, caminando altiva entre la gente, con mi guitarra cogida firmemente y con mi nueva vida cogida de la mano libre, porque en la otra llevo el tiempo conmigo, entonces, solo entonces papá, te sentirías orgulloso de mi.


Porque supe arreglar los trozos de cristal que tú dejaste, porque dejé de llorar por ti. Porque dejé de pensar en tí.


Siempre tuya, Alice.

PD: Espero que comprendas que ya no debo darte miedo, que ahora que soy adulta, solo quiero verte por el pasillo y que me veas como a una niña mayor. Como otra más.

No hay comentarios:

Publicar un comentario